Ayer viernes asistimos a la apertura de la retrospectiva de Norman Jensen en la Galería de Santa Fe College. Representaba 60 años de su producción y exhibía un verdadero banquete de sus conocidos paisajes y una multitud de trabajos en pequeño formato en medio mixto.
Lo más excitante (y lo que sospecho que la mayoría de los presentes venían a admirar) eran las visiones surrealistas representadas por los trabajos en olio de formato más grande. Norman trabaja el olio de manera tan ligera y transparente que sugiere acuarela, y sus paisajes integran figuras humanas al horizonte, con el color y las formas, que casi los hace indistinguibles de los acantilados y el horizonte, que muchas veces es una vista lejana del mar o de otro cuerpo de agua. Estas visiones oníricas sugieren almas o recuerdos fundidos inseparable o fatídicamente al paraje del que ahora forman parte. Su uso del color para lograr esto es casi un ‘trademark’.
Por otra parte, los trabajos de formato pequeño en medio mixto son prácticamente bosquejos muy elaborados en cuantiosos colores vivos, con unas líneas espontaneas que les da una fluidez de composición y libertad de apreciación. La sala había cubierto tres paredes con estas piezas, claramente respondiendo a la importancia que les asigna Norman. En mi estima o para mi preferencia, opino que era interesante pero exagerado.
Norman es un artista muy conocido en Gainesville, ex-profesor de arte en la Universidad de Florida, y la apertura estuvo muy concurrida. Wanda y yo tuvimos oportunidad de ver nuevamente tras largo tiempo muchos amigos y conocidos y reconocer a distancia algunos de los ‘beautiful people’ de la era de Emiliano’s. Dan Stepp amenizaba el evento con su conjunto de cuerdas y su voz rasposa y experimentada. Es la primera actividad de este tipo a la que asistimos en mucho tiempo. Y, siendo estos dos románticos irredentos, nos sentíamos que salíamos tentativos de la crisálida en que mayormente hemos vivido desde el retiro hace ya tres años!